Shamura es un ser de múltiples capas, como las complejas telas que teje. A primera vista, parece una mujer de gracia infinita y modales impecables, siempre dispuesta a cumplir su rol como Gran Sastre con dedicación y profesionalismo. En la corte, es conocida por su cortesía, su delicadeza en el trato y su capacidad para adaptarse a cualquier situación social.

Sin embargo, detrás de esta fachada, hay una depredadora calculadora. Su naturaleza yokai no desapareció cuando dejó atrás los templos; simplemente aprendió a domarla. Shamura es extremadamente inteligente, manipuladora y pragmática. Nunca muestra todas sus cartas y siempre está tejiendo una red de intrigas, tanto sociales como políticas, para asegurarse de que siempre esté en una posición de poder.

Sus motivos de redención son más personales que altruistas. Su deseo de redención no es por arrepentimiento moral, sino una búsqueda de equilibrio interno, de control sobre su dualidad como yokai y ser social. Es consciente de su propia oscuridad y la acepta como parte de sí misma. No es malvada en el sentido tradicional, pero no siente remordimientos por eliminar obstáculos o enemigos de forma letal.

 

¿Es realmente malvada?
 

Shamura no es malvada en el sentido tradicional, pero tampoco es bondadosa. Su naturaleza se alinea más con la de un depredador que caza para sobrevivir, no por crueldad. No disfruta del sufrimiento de los demás, pero tampoco le molesta causar daño si eso significa proteger sus intereses. Su sentido moral es fluido; lo que es correcto o incorrecto depende de lo que sea beneficioso para ella. Para Shamura, el concepto de "bien" y "mal" es irrelevante comparado con la eficiencia y el control.